¿Los programadores creativos valen por dos?

La creatividad es una característica intrínseca de la especie humana. Cuando tenemos pensamientos creativos se activan algunas zonas de la corteza prefrontal del cerebro. También se detecta actividad en el hipocampo (centro gestor de la memoria), el tálamo (centro gestor de la atención) y la amígdala (centro gestor de las emociones).





Sabemos que existen algunos genes relacionados directamente con distintos aspectos de la creatividad. Esto implica que la creatividad no depende solo de factores ambientales, sino también de factores genéticos.

¿Perdemos creatividad con el tiempo?

En el año 2016, Alike consiguió el premio Goya al mejor cortometraje de animación. Es la historia de un niño alegre, juguetón y, sobre todo, creativo. Hasta que comienza a ir al colegio. En el colegio, sus profesores se encargan de matar su creatividad. Le enseñan que solo hay una forma correcta de hacer las cosas, preparándolo así para integrarse en la sociedad.

George Land diseñó para la NASA un test de creatividad con el objetivo de contratar a los ingenieros más creativos. El test se probó posteriormente sobre un millón de adultos con una media de edad de 31 años. Solo el 2 % de ellos resultó ser altamente creativo.

Este dato sugiere una interesante pregunta: ¿solo el 2 % de la población es creativa o la creatividad se pierde en algún momento de nuestra vida? Para responder a esta pregunta, se realizó un estudio longitudinal sobre 1600 niños utilizando el mencionado test. El estudio pretendía descubrir cómo se modifica la creatividad de las personas a medida que crecen (y avanzan en el sistema escolar).

Las conclusiones son demoledoras. El 98 % de los niños obtuvo resultados compatibles con un alto nivel de creatividad cuando tenía 5 años. A la edad de 10 años, el porcentaje de niños altamente creativos había descendido hasta el 30 %. A los 15 años ya solo era del 12 %.

Ya sea por causa del tipo de aprendizaje recibido en el colegio, como se propone en Alike, o por causas ambientales o genéticas, lo cierto es que nacemos creativos pero parece que perdemos la creatividad a medida que crecemos.

Tráiler del cortometraje ‘Alike’

Creatividad y programación

La buena programación requiere cierto de grado de creatividad. El código no solo tiene que funcionar, sino que debe estar bien diseñado, debe ser “elegante”. Un programa bien escrito es casi una obra de arte.

Existe actualmente una tendencia denominada live coding que consiste en programar (o modificar algoritmos con fines creativos) frente al público para hacer música o generar efectos visuales, convirtiendo así al programador en artista.

Un programa es una secuencia de acciones, codificadas usando un determinado lenguaje de programación, que permite resolver un problema. Para escribir un programa, el programador debe no solo entender perfectamente el problema, sino también su solución.

A menudo, la elección de la solución depende del propio programador (muchos problemas pueden solucionarse de varias formas). Para escoger la solución más correcta, el programador necesita tener la formación adecuada y una pizca de creatividad.

Para algunos problemas, sin embargo, la creatividad es un factor decisivo, ya que la calidad y efectividad de la solución depende de lo creativa que sea. Es el caso de la mayoría de problemas de investigación, pero también de muchos problemas cotidianos de las empresas y de la propia sociedad.

Se supone que un programador recibe una formación adecuada durante sus años en la universidad. Pero ¿qué pasa con su creatividad?

¿Las personas creativas programan mejor?

Una de las formas más conocidas de medir la creatividad es el test de capacidad de pensamiento creativo de Torrance. Este test mide cuatro elementos del pensamiento creativo: fluidez (cantidad de ideas), originalidad, complejidad y flexibilidad.

El test tiene dos partes:

  • La primera parte es verbal y requiere una respuesta escrita.
  • La segunda se contesta mediante la realización de dibujos. Algunos de los ejercicios consisten en completar ciertas figuras (formadas inicialmente por apenas algunas rayas dispersas) para construir una imagen con significado.

Hace algunos años aplicamos el test de Torrance a un conjunto de estudiantes de programación que cursaban el primer curso en la universidad. El objetivo era saber la influencia de la creatividad en su capacidad para realizar buenos programas.

Tratamos de averiguar, por ejemplo, si los estudiantes más creativos eran los que sacaban mejores notas en programación. Asumiendo que la evaluación estaba bien planificada y que los criterios de corrección eran adecuados, una alta correlación entre la creatividad y la nota final de la asignatura permitía asumir que la creatividad es un factor importante para alcanzar los objetivos de la asignatura.

Los resultados mostraron que la creatividad es un factor importante para obtener una buena nota en programación. Pero no decisivo. Es decir, los alumnos que obtuvieron notas más altas eran alumnos muy creativos. Sin embargo, otros alumnos con altos niveles de creatividad no obtuvieron buenos resultados.

Dedujimos, por lo tanto, que la creatividad es un factor necesario, pero no suficiente para ser un buen programador. En definitiva, para crear buenos programas es necesario un alto nivel de creatividad, pero ser creativo no garantiza ser capaz de crear buenos programas.

Fermín Sánchez Carracedo, Profesor titular de Universidad. Arquitectura y Tecnología de Computadores, Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.The Conversation

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